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Saga Secret Games - Juliette Duval. (Jugando con Fuego Volumen 1)



¿El sexo? Explosivo. Los sentimientos ? Demasiado peligroso.


*** - ¿Quieres que le rompa la cara ? Asomo un ojo por encima del pañuelo. Parece mortamente serio. Y peligroso. El tela se arruga bajo mis dedos. No lo conozco, después de todo. ¿Quién me dice que no estoy lidiando con un gángster? Y estoy a solas con él ... Apreté la manta alrededor de mis hombros y me aprieto contra el cristal. Orión sacude la cabeza. Su rostro se relaja en una franca sonrisa mientras mentalmente me considero paranoica. Si me quisiera hacer daño, ya ha tenido la oportunidad de hacerlo cien veces.


Me da un golpecillo en la rodilla con un gesto tranquilizador, aunque ligeramente burlón.


-No te preocupes, linda -dijo, insistiendo en las últimas palabras con una sonrisa. Ladro pero no muerdo. ¡Mis hermanitas son más peligrosas que yo!

- ¡Ya te dije que no me pongas apodos! Le recordé. ¡No soy "tu" linda, ni el de nadie! Pero no puedo evitar sonreír. En el fondo, este pequeño juego me divierte tanto como a él. Agrego, brevemente:

-¡No soy 'tu' linda, ni de nadie!

-¡A sus órdenes, fiera ! -replicó burlón-. ***


"Su sensualidad, sus caricias y sus besos serán mi error más bello! "

Leah huye en su convertible rojo a través del bosque. Bajo la lluvia. En el vestido de novia. Y el maquillaje corrido.

Pero cuando su neumático estalla y debe detener su loca carrera, ella no espera venir a su rescate a un mecánico tan sexy y lleno de tatuajes! Orión es exactamente lo contrario de los hombres que ella frecuenta habitualmente. Un niño malo tan oscuro como él, es atento, él es capaz de encenderla con una mirada y ofrecerle las noches más tórridas sin esperar nada a cambio. Y sobre todo no sentimientos. ¿Cómo puedo decir que no?

Leah estaba huyendo de una vida sofocante, y esta nueva libertad es embriagadora. Pero cuando él la alcanza, ¡podría reducir todo a cenizas! ***

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Al rojo vivo, cegador y peligroso. Todo eso es Volt. Es eléctrico. La primera vez que le vi, mi cuerpo reaccionó. Se tensó, chisporroteó y lanzó chispas. Supe que le deseaba porque era el primer hombre que me hacía sentir muerta y viva al mismo tiempo. Pero sólo hizo falta una breve conversación para saber que era inalcanzable. Que no era una posibilidad. Ahora sólo somos amigos. ¿Pero seguiremos siéndolo? DESCARGAR