A veces una mirada dirigida por el destino es lo único que necesitas.
Levi nunca se ha enamorado, pero si cree en el amor. Ninguna chica a llamado su atención lo suficiente como para mirar en esa única dirección, hasta que al doblar una esquina, por casualidad del destino, se choca con Olimpia y su vida da un giro de 180 grados.
Por otro lado, Olimpia acaba de salir de una relación muy toxica, esas que te dejan totalmente destrozado. Una parte de ella no entiende como pudo soportar tanto y es que, una vez alejada, una vez abierto los ojos y reparado su corazón roto en mil pedazos, entiende las secuelas que ha dejado alguien que no le convenía.
Por eso, después del encuentro casual de Olimpia y Levi, ese chico de ojos verdes por el que siente una atracción instantánea, ella prefiere intentar alejarlo de sus pensamientos y no dejarse embaucar por el para no resultar herida... aunque lo que intenta es algo difícil...